Colección > Costa de Trafalgar
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Este itinerario une las poblaciones de Vejer de La Frontera y Cantarranas, pedanía de Vejer, recorriendo una amalgama de paisajes muy representativos de esta zona de interior, como son las vegas, campiñas cerealistas, los montes de vegetación iberoafricana y el siempre curioso emplazamiento de los históricos poblados de colonización andaluces.
La excursión se inicia en Vejer, una villa que, en tiempos de paz, vivió un importante desarrollo económico, siendo sus principales fuentes de ingresos la explotación agrícola y la alfarería. Descendiendo de esta histórica fortaleza por una estrecha senda que coincide con la llegada de la ruta interior 2 desde Conil de la Frontera, conocida como Camino de los Molinos, se desemboca en la aldea de Santa Lucía. La ruta continúa recorriendo tramos de vías pecuarias y cañadas, adentrándose a lo largo de un territorio de interior dominado por un complejo parcelario donde coexisten minifundios y latifundios, resultado de múltiples procesos de desamortización llevados a cabo entre 1836 y 1855.
La ruta enlaza con la carretera A-393 y, sin llegar a cruzarla, gira hacia el norte atravesando antiguas veredas en paralelo a la carretera. A continuación llega nuevamente a otra carretera por la que se alcanza al paraje de El Parralejo y demás lugares de interés como El Donadío, Pedro Cano o El Cabrito, hasta arribar al poblado disperso de El Zumajo, siempre siguiendo la Cañada Ancha.
El tramo del Ventosano es quizás uno de los más agradables de la ruta, al transitar por un pasillo de acebuches, adelfas, chumberas y tarays, que hacen a su vez de límite parcelario. Tras cruzar la carretera por un túnel y ascender una leve pendiente se llega a Nájara, otro paraje de gran valor botánico y rural donde aparecen dispersos pequeños cortijos y haciendas situados en el mismo borde del páramo. La panorámica desde este lugar es muy completa, pudiéndose observar el cerro Nájara al norte y la depresión de Los Trances, dominada por un paisaje cerealista con retazos de bosque mediterráneo.
La ruta finaliza en la pequeña población de Cantarranas, una tranquila aldea de colonización donde se puede disfrutar de un descanso. Este itinerario puede hacerse en sentido inverso siguiendo las indicaciones que aparecen en el mapa.
También permite conectar con la ruta de interior 13 visitando San José de Malcocinado y Los Badalejos (pedanías de Medina Sidonia), enclaves por los que discurre el Corredor Verde Dos Bahías, siguiendo las indicaciones de “cruce vereda”.
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