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senderos > Jerez de la Frontera
Arroyo del Parral

5,5 Kms. ida y vuelta /  1 h. 26 m.
Grado de dificultad: Bajo
Sendero de los Montes de Propios de Jerez (Paraje Natural de titularidad municipal), gestionado por Emensa (empresa municipal).

Oficina en Jerez: 956 14 96 75
Oficina de los Montes: 956 23 14 24


INICIO DEL SENDERO


En este itinerario nos vamos a adentrar en diversos ecosistemas del monte mediterráneo, destacando las Machorras y Los Canutos. En todo momento caminaremos por una pista forestal con un desnivel muy cómodo.

El recorrido se inicia al lado de las oficinas del Cortijo de la Janda. Al poco de iniciar nuestra marcha, a nuestra derecha vamos a poder observar los campos de labor y pastos de la finca, junto a una pequeña laguna, junto a instalaciones ganaderas para vacuno, compuesto principalmente por vacas retintas, autóctonas de la zona, y también ejemplares de las razas limusina y charolesa. Más adelante, una vez pasada una hangarilla, podemos observar, sobre relieves arcillosos, bosquetes de acebuchal que se conocen como "machorras", de un extraordinario valor ecológico y que sirven de refugio para ciervos.

Tras pasar un par de arrroyos estacionales, nos encontramos con algunos alcornocales de gran porte y los primeros quejigos. Un poco más adelante, llegamos al canuto de la Gallina en su parte baja, que lleva agua todo el año y cuenta con un manantial del mismo nombre. La vegetación se muestra exuberante, compuesta por "hojaranzos" que en los meses de Mayo y Junio contrastan sus flores rosáceas con el intenso verde de otras especies, como quejigos, alisos, helechos, adelfas, ... y convierten el lugar en un oasis de frescor. El arroyo de La Gallina, junto con el del Parral, surte a un pequeño embalse construido para regar aguas abajo los cultivos destinados a la alimentación del ganado.

Más adelante, transitando por terrenos de bujeo nos encontramos un acebuchal acompañado de un sotobosque muy rico y diverso de especies vegetales mediterráneas. A continuación, entre quejigos, un comedero para corzos, en el que con suerte y mucho sigilo podemos escuchar sonidos que recuerdan al ladrido de un perro y observar algún ejemplar de estos bellos ungulados. Tras pasar un bosquete de eucaliptos llegamos a la Casa del Parral, utilizada hace tiempo desde vivienda de guardas hasta colonia de vacaciones para niños y jovenes.

El canuto del Parral y junto a él, el manantial del Parral, nos indicán que hemos llegado al final de nuestro itinerario. Un lugar impresionante en el que estar largo rato observando aves forestales como arrendajos y pájaros insectivoros y escuchando los sonidos del monte antes de emprender nuestro camino de vuelta.


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